-Minino de Cheshire – comenzó diciendo Alicia de forma algo tímida, porque no sabía muy bien si le iba a gustar el nombre que le había dado… El gato amplió aún más su sonrisa.
Parece que le ha gustado, pensó Alicia, y continuó en voz alta:
– ¿Por favor, podría indicarme qué dirección he de seguir?
– Eso depende- le contestó el gato- de a dónde quieras ir.
– No me importa el lugar… – dijo Alicia.
– En ese caso- le contestó el Gato- tampoco importa la dirección que tomes.
– … a dónde me dirijo – continuó Alicia-, ¡solo quiero llegar a algún sitio!
– ¡Eso es fácil! – le contestó el Gato-. ¡No tienes más que seguir andando!